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Mostrando entradas de 2017

CARTAS// ¿HASTA DÓNDE PONER EL CUERPO?

Querida Leo: me preguntaste "¿hasta dónde poner el cuerpo?"... ay, y por lo pronto, replico ¿cómo vivir amando menos?... si bien a veces se producen desazones y cortes... sólo puedo volver a preguntarme, si acaso mujeres como tú, como todas nosotras, podríamos vivir la vida, construirla cotidianamente con amor, ímpetu, deseo, rabia del mundo existente, y sobre todo con tanta energía y confianza en el presente, ... y... ¿vivir de otro modo?.... Seguro hay un límite para saber hasta dónde poner el cuerpo; en el amor, en la amistad, en la lucha, en la protesta... ¿lo conocemos?, no me atrevería a decir cuál es, o si es siempre el mismo.... lo que es seguro es que si existe una línea, una frontera, un margen que de algún modo nos indique (externamente a nosotras mismas) hasta dónde podemos poner el cuerpo... seguramente sólo lo haremos estallar, lo redibujaremos, lo re-construiremos, aunque tengamos que lamernos unas a las otras las distintas heridas...  porque de límite

reencuentro mecánico

Encuentros

El domingo fui al taller de autodefensa... ahí en Medrano y Corrientes, asi que con la lluvia y el frio, la porción de muzza en Pin-Pun fue de rigor. Estos re-encuentros me hacen bien, nos hacen bien a todas... el modo en que se encadena cada parte del encuentro funciona. La confianza entre todas, la búsqueda colectiva, el compartir y el aprendizaje. En mi experiencia, algo muy propio del espacio del trabajo con feministas no institucionalizadas, es la búsqueda de formas nuevas, de metodologías y cuestionamientos que pasan por el cuerpo. A ratos parece todo tan claro a nivel racional; las posturas, las ideas, las acciones, una misma... y luego cuando hay que pasar por el cuerpo, accionar... aparecen las tensiones reales y profundas con las que se convive en el mundo real, fuera de los espacios de confianza afectivo-políticas. Interpelarnos en conjunto, buscar respuestas físicas, emocionales, políticas, y tomar un té después de haber llegado un poco más allá en el esfuerzo físico

lista de cosas nimias pero útiles

Yo sabía que iba a extrañarte. Como lo sabía, comencé a hacerlo antes de que te fueras, como un extrañamiento racional y también visceral. Por partes; un día te extrañaba uno de mis brazos, luego mi torso; a la semana siguiente, extrañaba tu casa al pasar por la Diagonal. También extrañé algunas de las últimas conversaciones en tiempo real, sabiendo que era un momento irrepetible. Yo sabía que iba a extrañarte.  Como lo sabía y soy previsora, me hice una pequeña lista con las cosas que haría una vez que no estuvieras:  Una lista de cosas nimias pero útiles a la vez.   a) arreglar la cafetera italiana que me regalaste. b) regresar a lugares en los que fuimos a desenrredar conversaciones inmensas. c) comprar una ampolleta para la lámpara que nos dejaste. Lo que no sabía es que  no te extrañaría ahora. Como ya lo hice antes,  me queda  ahora  una tibieza acogedora, la afectacción, la certidumbre de los pasajes compartidos en este café que me tomo ahora (un café y su moment

Rodeada

caminaba sin proponérselo hacia ese lugar de sí misma del que hace años huía una vez fuera recordaba siempre ese allí como tras un gran velo una gran resaca, una explosión, un hilo de sangre de la nariz tras revisitar ese espectro suyo, añoso comprendía que más que una sombra ese lugar era un pitido una sordera una imagen retardada un sinsentido prometía no regresar deambulaba paisajes nuevos siempre tras un gran anhelo una casa extraña, un vínculo insólito, un hilo de plata que siempre la encaminaba, sin preguntárselo hacia ese lugar de sí misma  del que hace años huía

Antología Cuentos de amor lésbico

Mi  cuento Esas Cosas, fue seleccionado para la Antología de Cuentos de Amor lésbico, publicado por Domo ediciones