Ir al contenido principal

CARTAS// ¿HASTA DÓNDE PONER EL CUERPO?



Querida Leo:

me preguntaste "¿hasta dónde poner el cuerpo?"... ay, y por lo pronto, replico ¿cómo vivir amando menos?... si bien a veces se producen desazones y cortes... sólo puedo volver a preguntarme, si acaso mujeres como tú, como todas nosotras, podríamos vivir la vida, construirla cotidianamente con amor, ímpetu, deseo, rabia del mundo existente, y sobre todo con tanta energía y confianza en el presente, ... y... ¿vivir de otro modo?.... Seguro hay un límite para saber hasta dónde poner el cuerpo; en el amor, en la amistad, en la lucha, en la protesta... ¿lo conocemos?, no me atrevería a decir cuál es, o si es siempre el mismo.... lo que es seguro es que si existe una línea, una frontera, un margen que de algún modo nos indique (externamente a nosotras mismas) hasta dónde podemos poner el cuerpo... seguramente sólo lo haremos estallar, lo redibujaremos, lo re-construiremos, aunque tengamos que lamernos unas a las otras las distintas heridas...  porque de límites, mujeres no somos; somos transfronterizas, poliamorosas, constructoras, abarcadoras, críticas, inconformistas, deseantes, revolucionarias, imperfectas... ay... hemos de seguir poniendo el cuerpo, hasta el fin. 






Comentarios

Entradas populares de este blog

Postales interpersonales: Todas las casas imaginables

¿Será que el exilio de mis padres se me imprimió en el cuerpo y la nostalgia es ahora como un pulmón? ¿o es más bien como un sentimiento aprendido en el origen de mí misma, como el amor a mis hermanos? Para mí extrañar es algo normal, casi parte del amor y la vida. Extrañar jamás significa atar o regresar, sino saber rastrearse, vivir el día sin contárselo todo cuando hay reencuentros y amar así; sabiendo que cada quien debe descubrir sus caminos y proyectos a machetazo limpio, con valentía y sobre todo sin retroceder aunque llorando a veces, ¿de qué otro modo crecer? Así fue como desde pequeña me incliné por vivir medio agitanada, con un bolso presto para campamentos y para alojar en todas las casas imaginables -siempre me acompañó esa fascinación absoluta por conocer cómo vivían los demás-. Me quedaba a dormir donde mis amigas de la escuela y más de alguna vez alguien me preguntó mientras tomábamos once “Y no echa de menos?”. Yo no entendía bien el sentido de la pregunta, por...

HECHIZO ))Agua y monocultivo ((