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mi cuerpo

jamás se congela
ni desorienta

titila, fluctúa y arremete


centrípeto en sus deseos;

viaja

duerme

suda y llora

todo lo goza, mi cuerpo


no se enmudece ni paraliza

concupiscente y gestante;

impele sangres, risas y encuentros

se agota a veces
mas es bravío, amoroso e infinito
ahí en la fuente
donde le sacian
y extasian.





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