jamás se congela ni desorienta titila, fluctúa y arremete centrípeto en sus deseos; viaja duerme suda y llora todo lo goza, mi cuerpo no se enmudece ni paraliza concupiscente y gestante; impele sangres, risas y encuentros se agota a veces mas es bravío, amoroso e infinito ahí en la fuente donde le sacian y extasian.